Un salto gigante para la humanidad y más hacia el futuro

En 1961, el presidente John F. Kennedy hizo una proclamación audaz: “Estados Unidos pondrá a un hombre en la luna durante la década”. El 20 de julio de 1969, el Apolo 11 cumplió esa promesa.

Con una tarea tan histórica frente a ellos, la NASA sabía que necesitaría ayuda. Fue cuando el administrador de la NASA, James Webb, contactó a AT&T y tuvimos el honor de participar.

Así como así, AT&T había entrado en la carrera espacial y nació BELLCOMM, Inc.

BELLCOMM comenzó con unos 30 empleados de AT&T, operando independiente, y uniendo a los especialistas en redes y comunicaciones de AT&T con nuevos empleados expertos en tecnología espacial. Un artículo de 1972 de la revista Bell Telephone, que detalla el papel de BELLCOMM, dice que existió para “mirar por encima del hombro de la NASA, señalar lo que no se había pensado y hacer recomendaciones para mejorar el trabajo”.

AT&T también proporcionó, durante la misión, la crítica plataforma para comunicaciones entre la NASA y los astronautas. Y una vez que Apolo 11 cumplió su promesa, AT&T conectó al presidente Richard Nixon a la luna en vivo por teléfono, una llamada que viajó aproximadamente 290 mil millas en una dirección, con millones de personas escuchándola por radio y televisión.

Una vez completada la misión, BELLCOMM se disolvería en menos de tres años. Pero su legado histórico, y todo el trabajo innovador realizado por sus pares en los 143 años de historia de AT&T, nos empuja hoy a explorar nuevas fronteras.

Por ejemplo, estamos trabajando con Uber para explorar cómo 5G podría conectar futuros taxis aéreos y drones. Uber tiene como objetivo lanzar su servicio de viaje compartido en 2023 y estamos entusiasmados en ser parte de la conexión de este nuevo servicio.

DE INTERES
Facebook acuerda con tres editores australianos el pago por noticias

En 2017, AT&T inició INQNET, una colaboración con Caltech para una investigación de varios años sobre redes cuánticas. INQNET ha creado un amplio programa de colaboración que abarca la academia y las comunidades de investigación industrial, incluidas la NASA y el JPL (Jet Propulsion Laboratory), y sirve para promover los intereses estratégicos de los Estados Unidos en tecnología cuántica. De hecho, parte de la tecnología en uso en el laboratorio INQNET, localizado en el Laboratorio Nacional de Fermi, se basa en la tecnología de JPL, que también promueve el desarrollo de futuras comunicaciones ópticas para uso en el espacio. Estas, algún día, también respaldarán el despliegue de redes cuánticas en el espacio.

Todos apreciamos el inmenso logro humano que representó la llegada a la luna, sin embargo, más que nunca, estamos emocionados de pensar en lo que está por venir.

* Todos los documentos son cortesía del Centro de Archivos e Historia de AT&T

Comentarios cerrados.