Un grupo de investigadores han publicado un estudio que plantea una alternativa a los tradicionales disipadores: en lugar de esos ‘mazacotes’ es posible usar “un revestimiento conformado de cobre” y “una capa aislante eléctrica de polímero” que se extiende por todo el dispositivo.
Según sus datos, dicha técnica permite refrigerar el procesador tanto o más que un disipador convencional, pero además elimina la necesidad de utilizar esos bloques de metal y ahorrar así espacio.
Disipadores casi invisibles Desde hace años la necesidad de refrigerar nuestro procesador ha hecho necesario el uso de grandes disipadores, bloques enormes de metal que gracias a su conductividad eran parte fundamental del sistema para mantener las temperaturas de la CPU a raya.