Leo Grand, por su propia admisión , no sabía nada acerca de la programación de computadoras,hace cuatro meses. El hombre de 37 años de edad, estaba viviendo en las calles de la ciudad de Nueva York a finales de agosto,cuando un desconocido se acercó,ofreciendo una elección entre dos meses de lecciones de codificación o $ 100 dólares en efectivo.
Gran optó por las lecciones y 3.621 líneas de códigos después,ha lanzado su primera aplicación móvil.La aplicación – un organizador para compartir autos con conciencia ambiental llamada » Trees for Cars» – se puso en marcha en el App Store justo después de las 12:00 am ET del martes.
El equipo del sitio mashable habló con Gran y su maestro,de 23 años de edad,el programador Patrick McConlogue,sobre la aplicación, y se reunieron a la medianoche en una oficina de Nueva York.
Esto va a cambiar mi vida de una manera magnífica.
Esto va a cambiar mi vida de una manera magnífica , » dijo a Mashable Gran poco después del lanzamiento.
Por su parte, McConlogue no parecía importarle que su oferta inicial de las clases de una hora al día durante dos meses se había extendido al viaje de tres meses.
» Es de lejos la experiencia más gratificante de mi vida», dijo McConlogue.
Los dos comenzaron sus clases el 26 de agosto.McConlogue ha proporcionado foto de Grand con un ordenador portátil Chromebook utilizada y un par de libros de texto.Los primeros dos meses consistieron en clases al aire libre realizadas en los bancos de la ciudad cerca de Chelsea Piers,donde Gran dormía.
Después de las lecciones de una hora,McConlogue se dirigiría a trabajar, mientras que Gran continuó revisando y practicando lo que aprendió hasta que la batería de su equipo murió.Con la ayuda de uno de sus muchos amigos en la zona,Gran recargó la batería durante la noche en un almacén cercano.
Al final de los dos meses,sin embargo ,Grand y McConlogue se dieron cuenta de que iba a tener mucho más trabajo para lograr su objetivo de lanzar una aplicación móvil.
Con el tiempo volviéndose más frío a finales de octubre,Grand y McConlogue recibieron otra sorpresa inesperada de una buena fortuna.Animado por una oferta del jefe de McConlogue,el fundador de Princeton Review John Katzman,el dúo se trasladó a sus lecciones en la oficina de Nueva York de la nueva compañía del buscador educativo de Katzman.Katzman permitió que McConlogue trabajara con Gran en el tiempo completo de aplicaciones por las últimas cinco semanas.
«Mi jefe se merece un premio » McConlogue dijo, «Yo le debo mucho.»
Aunque el proyecto les ha ganado decenas de miles de simpatizantes,Grand y McConlogue observaron que la aplicación salga a la luz en la oficina donde habían pasado tanto tiempo trabajando juntos. En lugar de los vasos que chocan Champaign y encendiendo cigarros de celebración,intercambiaron palmadas y aliviadas miradas rodeadas por las bebidas energéticas y cajas vacías de pizza que lo impulsaron a la meta.
Gran dijo que ya ha comenzado con la investigación para la próxima iteración de su aplicación, » Trees for Cars II. » Él también dijo que espera pronto conseguir un trabajo como programador de computadoras,a pesar de que todavía tiene que presentar solicitud de empleos.
«Mi primera aplicación será en Google «.
Mientras tanto , McConlogue está trabajando a escala de su programa de mentores.Dijo que más de 150 programadores de todo el mundo se han inscrito para pasar una hora cada día durante dos meses enseñando a otros a cómo codificar,a pesar de que aún no ha encontrado la manera de organizar el esfuerzo.
«Tengo que encontrar la manera de estructurar esto»,dijo McConlogue .
El dúo no tenía mucho tiempo para disfrutar de su realización.Antes de las 12:30 de la mañana, salieron de la oficina para una entrevista a las 01 a.m.. Su historia ya ha sido presentado en la cadena NBC , CNN y un número de puntos de venta de noticias en línea .
Gran llevaba tres bolsas llenas de sus bienes fuera de la oficina a la entrevista.Al final de la noche , me dijo que todavía estaría durmiendo en la calle.Pero con su nueva aplicación y sus nuevas habilidades,Gran se mostró optimista en que su suerte iba a cambiar en poco tiempo.
